Extracto de “La evolución de la infancia” por Lloyd deMause.
Fuente en español: antipsiquiatria.org (por cortesía del autor)
Fuente original: “The evolution of childhood” (Chapter 1) The Psychohistory Press, Ney York, 1974) www.psychohistory.com
Fuente en español: antipsiquiatria.org (por cortesía del autor)
Fuente original: “The evolution of childhood” (Chapter 1) The Psychohistory Press, Ney York, 1974) www.psychohistory.com
Oís llorar a los niños
Oh, hermanos míos…
The cry of the children (Elizabeth Barrett Browning)
Oh, hermanos míos…
The cry of the children (Elizabeth Barrett Browning)
En las fuentes hay muchos indicios de que a los niños, por regla general, no se les daba alimento suficiente. Los hijos de los pobres, por supuesto pasaban hambre a menudo, pero incluso los de los ricos, sobre todo las niñas, se suponía que debían tomar pequeñas cantidades de comida y poca carne o ninguna. Es bien conocida la descripción de la “dieta de hambre” de los jóvenes espartanos que hizo Plutarco, pero dada las numerosas referencias a la parvedad de la comida, a las tomas de los lactantes, sólo dos o tres al día, al ayuno de los niños y a la privación del alimento como castigo, cabe sospechar que, al igual que a los padres que hoy maltratan a sus hijos, a los padres de otras épocas les resultaba difícil cuidar de que sus hijos estuvieran bien alimentados. [200] En las autobiografías, desde san Agustín hasta Baxter, los autores se confiesan del pecado de glotonería por robar frutas siendo niños; nadie ha pensado jamás en preguntarse si lo hacían porque tenían hambre. [201]
Sujetar al niño con diversos tipos de trabas era una práctica casi universal. La empañadura era el hecho fundamental de los primeros años de la vida del niño. Como hemos señalado, la sujeción se consideraba necesaria porque el niño estaba tan lleno de peligrosas proyecciones de los adultos que si se le dejaba suelto se sacaría los ojos, se arrancaría las orejas, se rompería las piernas, se deformaría los huesos, se sentiría aterrorizado al ver sus propios miembros e incluso se arrastraría a cuatro patas como un animal. [202] La envoltura tradicional es muy parecida en todas las épocas y en todos los países. “Consiste en privar totalmente al niño del uso de sus miembros envolviéndole con una venda interminable hasta hacerle parecer un leño; con lo cual a veces se producen excoriaciones en la piel; la carne está oprimida casi hasta la gangrena; la circulación queda casi interrumpida, y el niño sin la menor posibilidad de moverse. Su pechito está rodeado por una faja… Se le aprieta la cabeza para darle la forma que se le ocurra a la comadrona; y se le mantiene en ese estado mediante la presión debidamente ajustada”. [203]

La comodidad que suponía para los adultos era enorme, pues raras veces tenían que prestar atención a las criaturas una vez atadas. Como ha demostrado un estudio médico reciente sobre la empañadura, los niños enfajados son sumamente pasivos, el corazón les late más despacio, lloran menos, duermen mucho más y, en general, son tan introvertidos e inactivos que los médicos que hicieron el estudio se preguntaron si no debía ensayarse de nuevo el fajamiento. [205] Las fuentes históricas confirman estos hechos: desde la Antigüedad, los médicos estuvieron de acuerdo en que “el insomnio no es natural en los niños ni resultado del hábito, es decir, de la costumbre, pues duermen siempre”. Y hay constancia de que se les tenía durante horas acostados detrás del horno caliente, colgados de ganchos clavados en las paredes, metidos en cubas y, en general, se les dejaba “como un paquete, en cualquier rincón donde no estorbaran”. [206] Casi todos los pueblos envolvían en fajas a los niños. Incluso en el antiguo Egipto, donde se afirma que no existía esta costumbre puesto que los niños aparecen desnudos en las pinturas, es muy posible que si existiera, pues Hipócrates así lo dice y en algunas figurillas se observan envolturas y fajas. [207] Las pocas regiones en que no se empleaban fajas, como la antigua Esparta y las tierras altas de Escocia, eran también regiones en que las prácticas de fortalecimiento eran más rigurosas, como si no hubiera otra alternativa que enfajar a los niños o llevarles de un lado a otro desnudos y hacerles correr sobre la nieve sin ropas. [208] Tan por supuesta se daba la práctica del fajamiento que los datos relativos a su duración son muy irregulares antes de los comienzos de la época moderna. Sorano dice que los romanos suprimían las fajas entre los 40 y 60 días; supongamos con optimismo que estas cifras fueran más verídicas que los “dos años” de que habla Platón. [209] El fajar a los niños bien apretados, e incluso a veces el atarles con cuerdas a tableros para transportarlos, continúo a lo largo de la Edad Media, pero todavía no he podido averiguar hasta qué edad. [210] Los escasos datos que ofrecen las fuentes de los siglos XVI y XVII, más un estudio del arte de la época, indican que en esos siglos a los niños se les fajaba por entero durante un periodo de uno a cuatro meses; después se dejaban los brazos libres permaneciendo fajados el cuerpo y las piernas de seis a nueve meses más. [211] Los ingleses fueron los primeros en suprimir el fajamiento, como también en poner fin a la crianza fuera del hogar. En Inglaterra y Norteamérica la costumbre de envolver en fajas estaba desapareciendo a fines del siglo XVIII, y en Francia y Alemania en el XIX. [212]

Ilustración 8
Estos niños envueltos en fajas ilustran el lento proceso en remover la empañadura
(griego, siglo V a.C; italiano, siglo XV; inglés, siglo XVI)
Estos niños envueltos en fajas ilustran el lento proceso en remover la empañadura
(griego, siglo V a.C; italiano, siglo XV; inglés, siglo XVI)
http://disiciencia.wordpress.com/2012/02/27/historia-de-la-infancia-del-abandono-a-la-violencia-2/

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